Transformar aguas residuales de las alcantarillas en energía sostenible
La empresa alemana Uhrig ha descubierto un innovador sistema de aprovechamiento energético de aguas residuales ya implantado en otros países europeos y que llega a España de la mano de Serbis.
Este sistema, denominado Therm-Liner, se instala en el interior de las redes de alcantarillado para generar energía térmica a partir de las aguas residuales, aprovechando que circulan por las alcantarillas a una temperatura constante de entre 12 y 20 grados. Es un sistema perfecto para climatizar edificios a un coste reducido, ya sea alimentando sus sistemas de calefacción en invierno o los de aire acondicionado en verano.
Esta tecnología lleva décadas utilizándose con éxito en diferentes puntos del centro de Europa. Por ejemplo, Therm-Liner genera en Alemania la energía de la que se abastecen los sistemas de calefacción de un pabellón deportivo de Berlín y de una guardería de Sajonia, mientras que en Suiza garantiza el suministro de calefacción de todo un complejo residencial.
El sistema es ecológico, rentable y apropiado para grandes superficies como urbanizaciones, colegios, instalaciones deportivas o edificios industriales. Esto es consecuencia de que la tecnología Therm-Liner necesita un caudal mínimo de 10 litros de aguas residuales por segundo para funcionar a pleno rendimiento, por lo que son las grandes edificaciones las que más rápido rentabilizan la inversión inicial.
La energía generada a partir de las aguas residuales no solo es sostenible en términos medioambientales, sino que además necesita una inversión económica muy reducida.
La energía térmica generada a partir de las aguas residuales es más rentable que los combustibles fósiles, hasta siete veces más eficiente que la solar fotovoltaica y hasta 30 veces más que la hidroeléctrica. Del mismo modo, se trata de una fuente de energía que carece de impacto paisajístico (al ser invisible a los ojos de la gente), es inmune a las variaciones climatológicas (a diferencia de la eólica o la solar) y tiene unos costes mucho más bajos, pues solo precisa de la inversión en la tecnología que transforma las aguas residuales en energía.