El Gobierno aprueba un Real Decreto que obliga a calcular la huella de carbono y presentar planes de reducción de emisiones

El Gobierno de España ha aprobado un nuevo Real Decreto que refuerza el actual sistema de registro de huella de carbono, en funcionamiento desde 2014, y lo convierte en una herramienta de cumplimiento obligatorio para una amplia gama de organizaciones. A partir de ahora, calcular anualmente la huella de carbono y diseñar planes de reducción de emisiones no será solo una opción voluntaria, sino una exigencia legal con implicaciones relevantes para el sector público y privado.
Esta normativa afecta especialmente a las empresas que ya estaban sujetas a la Ley 11/2018, de 28 de diciembre, que regula la divulgación de información no financiera y diversidad. También se verán implicadas las entidades de interés público, los grandes grupos empresariales que formulan cuentas consolidadas o disponen de un activo superior a 20 millones de euros, así como todas las instituciones que forman parte de la Administración General del Estado, incluidos organismos autónomos y entidades del sector público.
Con esta nueva legislación, las organizaciones deberán calcular su huella de carbono de forma anual, elaborar planes de reducción de emisiones y registrar toda esta información oficialmente ante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Esta medida busca avanzar en la descarbonización de la economía y dotar de mayor transparencia y rigor al compromiso climático del país.
Más allá del cumplimiento normativo, esta obligación representa una oportunidad estratégica. Medir y reducir las emisiones puede convertirse en una palanca para optimizar procesos, reducir costes operativos, acceder a financiación verde y mejorar la posición competitiva en licitaciones públicas. Además, permite reforzar la reputación corporativa y responder a las crecientes demandas sociales en materia de sostenibilidad y responsabilidad ambiental.